Poemas y canciones manuscritos en 20 páginas podrían alcanzar los 180 mil dólares, subastarán el último cuaderno Jim Morrison a 35 años de su muerte Fue abandonado, junto a una fotografía, en una bolsa de plástico blanco en el estudio del productor francés Philippe Dalecky El contenido evidencia el hastío del cantante.
Morrison no era tan agresivo y drogadicto como lo habían descrito, dijo Dalecky Londres. Veinte páginas manuscritas de poemas y letras de canciones, del último cuaderno usado por Jim Morrison antes de su muerte, hace 35 años, serán vendidas en subasta.
El cuaderno, que según cálculos podría alcanzar un precio de 100 mil libras esterlinas (unos 180 mil dólares), fue abandonado en una bolsa de plástico cuando Morrison pidió prestado el estudio casero de un amigo para grabar una cinta. Desde entonces ha estado en poder del dueño del estudio, Philippe Dalecky, cuya novia de entonces, Elizabeth Lariviere, era amiga de la amante de Morrison, Pamela Courson.
Ahora Dalecky ha decidido venderlo en la subasta titulada Leyendas Musicales de la casa británica Cooper Owen, en los estudios Abbey Road, el 28 de julio. Se ofrece junto con una foto del cantante, que tenía entonces 27 años de edad, la cual también venía en la bolsa.
En una charla telefónica desde Francia, Dalecky, productor musical francés, hoy de 57 años, relató que no sabía quién era Morrison cuando se lo presentaron. "Si hubiera sido Jimi Hendrix le habría besado los pies, porque era mi héroe. Luego me di cuenta de mi profunda ignorancia, pero no ser su fanático facilitó mucho nuestra relación.
"Fue como una estrella pasajera en mi vida. Lo vi unas siete, ocho o 10 veces en mes y medio. No se portó como el agresivo drogadicto que se ha descrito tantas veces. Era amable y controlado."
Corazón de anciano
Sin embargo, afirma, Morrison se veía mucho mayor de los 27 años que tenía. "Su corazón era el de un anciano. Bebía demasiado, consumía demasiadas drogas, y en su mirada se adivinaba que estaba harto. Vivió demasiado aprisa en unos cuantos años."
Algo de ese hastío con el mundo es evidente en el cuaderno, señala Dalecky. "En la penúltima página se lee: 'Um,/gloriosa quietud sexual,/ estoy muerto al fin', como un presentimiento, como si esperara la muerte, como si ya hubiera tenido bastante."
Jim Morrison se había mudado a París con Pamela Courson para descansar de las presentaciones personales y concentrarse en escribir. Tenía el hábito de llevar cuadernos. Y en París, durante todo el mes anterior a su muerte, le dio por meterlos en una bolsa de plástico blanco de la tienda departamental Samaritaine, en la que también llevaba fotos personales, una grabación de su recital de poesía de 1970, cigarrillos, plumas y artículos sobre los Doors.
Cuando se le dificultaba escribir, recurría a la bebida, y en una ocasión levantó a un par de músicos callejeros para que grabaran con él en el estudio. No tenía medios para escuchar la grabación en carrete, pero Philippe Dalecky contaba con las facilidades para pasarlo a cinta.
Afortunado olvido
Morrison quedó tan emocionado con el cassete que se fue de inmediato. Cuando Dalecky se dió cuenta de que había dejado la bolsa, salió a llamarlo; el cantante iba a media calle. "Me miró y dijo: 'Ah, OK, quédate con ella', y fue lo último que supe de él", recuerda. El 3 de julio de 1971 encontraron muerto a Jim en su baño, por un ataque al corazón agravado por la ingestión de alcohol.
Stephen David, autor de Los últimos días de Jim Morrison, ha visto el cuaderno. "Representa una secuencia terminada y confiada de poemas", comenta. "Algunos son variantes de otros anteriores, como The Ancient Ones (Los antiguos), Winter Photography (Fotografía de invierno) y The Hitchhiker (El viajero en aventones)."
Sin embargo, hay uno desconocido, Imposible Garden (Jardín imposible), que se refiere a un "hermoso salvaje como yo" y a "la puta más loca de la cristiandad", así como la letra de una nueva canción, Now You Are in Danger (Ahora estás en peligro).
Algunas páginas contienen unos cuantos garabatos; en la página 17 aparece una sola línea: "Se sobrepondrá (ella)".
A Dalecky le gustaría que el cuaderno volviera a Estados Unidos, pero no le entristece venderlo. "Tengo 35 años con él y creo que es tiempo de dejarlo ir", dice. Louise Cooper, de Cooper Own, expresó: "Es uno de los artículos más increíbles que hemos puesto a la venta. Los días finales de Jim son un misterio para todos nosotros, y este cuaderno arroja un poco más de luz sobre el estado de su mente antes de su trágico deceso".
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya